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Comentario de mercado

Temores a una ralentización de la actividad económica. Algunos indicadores apuntan a cierta ralentización de la recuperación de la economía en agosto y septiembre. En parte es normal que el ritmo de crecimiento se vaya suavizando desde las elevadas tasas de junio y julio, pero parece apreciarse también cierto impacto derivado del aumento de los contagios en varios países europeos, con España a la cabeza. La posibilidad de que una segunda ola de la pandemia obligue a retomar medidas restrictivas en el otoño parece ahora algo más factible y nos situaría ante un escenario más negativo que el que ha venido considerándose como “escenario de consenso” para los próximos trimestres.

Corrección en la bolsa y activos de riesgo en general. Lo que empezó como una corrección técnica en los valores tecnológicos que más habían subido en los últimos meses se ha generalizado a la mayor parte del mercado recientemente. De alguna forma los inversores están adoptando una posición más defensiva por los mayores riesgos que se perciben para la economía. No esperamos sin embargo una vuelta a los desplomes del mes de marzo, sino una corrección parcial a las subidas de los últimos meses. Aún en el supuesto de un pinchazo de la economía en el 4º trimestre, creemos que se trataría de algo puntual que retrasaría el calendario de la recuperación, pero no la invalidaría a medio plazo.

Estabilidad absoluta en los mercados de bonos. Al menos los bancos centrales han logrado una estabilización total en los mercados de bonos. Al contrario que en 2012, cuando los gobiernos europeos se vieron obligados a controlar el déficit provocando una nueva recesión, en esta ocasión los mercados no parecen preocupados por esta cuestión lo que deja un mayor margen a los gobiernos para tomar medidas de estímulos que ayuden a la recuperación más allá de posibles recaídas puntuales por las medidas para frenar la pandemia.

El escenario de “consenso” de la recuperación. Las previsiones actuales del Banco de España y organismos europeos apuntan a una recuperación intensa en el tercer trimestre y cuarto trimestres de 2020, que se iría suavizando gradualmente en trimestres sucesivos. El nivel de PIB previos a la crisis no se recuperaría hasta 2023 previsiblemente.

Los mercados parecen empezar a temer otro escenario menos benigno. Una segunda oleada fuerte del virus en otoño que obligara a retomar fuertes restricciones podría provocar un retroceso del PIB en el 4º trimestre.

Si comparamos la evolución del PIB en ambos escenarios vemos que la diferencia sería un cierto retraso en la recuperación a corto plazo pero a medio plazo ambos escenario convergerían por lo que a fectos de su impacto en la bolsa no debería suponer un cambio radical

En general la actual corrección de las Bolsas puede verse como que los inversores están anticipando el escenario alternativo para la economía. En el caso del Ibex esto podría traducirse en ir a tantear de nuevo los mínimos de marzo. Un hundimiento total por debajo de esos niveles implicaría que los mercados ven un escenario mucho más negativo a medio-largo plazo, algo que ahora mismo no nos parece probable.

En los índices europeos sería razonable una corrección parcial a la subida desde marzo, pero no una vuelta a los mínimos.

Lo mismo en EEUU. Una corrección técnica tras las intensas subidas de los últimos meses es perfectamente razonable. Un nuevo desplome nos parece muy improbable dada la situación de fortaleza que muestra la economía americana.

Los mercados parecen anticipar un escenario que todavía no reflejan los indicadores con claridad. Un problema con los indicadores sobre la actividad económica real es que se publican con cierto retraso, inevitable por el propio proceso de recolección y elaboración de los datos. Así, por ejemplo, los últimos datos disponibles en la eurozona sobre producción industrial, ventas minoristas, ventas de viviendas y otros, corresponden al mes de julio. Por otra parte, la propia volatilidad de muchos indicadores hace que su análisis tenga que centrarse más bien en la tendencia de varios meses, y no tanto en el dato concreto del último mes. Todo ello hace que la situación de la economía que estamos analizando en los datos económicos no sea la del momento actual sino más bien la de “
los meses recientes, hace uno o dos meses al menos”. Los inversores, por tanto, tienen que interpretar esos datos pasados y sacar conclusiones sobre cómo pueden evolucionar en meses siguientes. Esto se traduce en que la Bolsa funciona como un mecanismo de prueba-error, que va anticipando escenarios que luego puede rectificar en la medida en que la evolución de la economía no siga el camino que había anticipado. En este sentido la actual corrección sería una señal de que en este momento los inversores ven cierto riesgo de deterioro en la recuperación, aunque los datos no lo reflejan con claridad. La actual corrección del Dax puede estar anticipando que la producción industrial caerá en el mes de octubre, pero ese dato no lo conoceremos hasta diciembre. La alternativa es que un día de estos la Bolsa se recupere y todo quede en una falsa alarma.

Los indicadores que nos dan una información más cercana de la evolución de la economía son los que se construyen a partir de encuestas como los PMI. Lo que vemos aquí es que la actividad manufacturera se mantiene fuerte en septiembre mientras que los servicios han frenado su recuperación en agosto y septiembre. No parecen argumentos suficientes para esperar el fin de la recuperación, pero es unos de los factores que explican algo del pesimismo actual.

La economía norteamericana se mantiene bastante fuerte a la luz de sus indicadores. Las peticiones de subsidios de desempleo se publican semanalmente por lo que nos dan una información casi en tiempo real del mercado laboral y de momento no se aprecia ningún deterioro más allá de la lógica suavización en el ritmo de recuperación del empleo.

El Leading Indicator (un compendio de 10 indicadores) muestra el clásico patrón de recuperación tras una recesión. No hay ejemplos históricos de que una recuperación se trunque pocos meses después de iniciarse. Sólo si pensamos que la pandemia va a obligar a un nuevo cierre de la economía …

Los valores “culpables” de la debilidad del Ibex. La composición del Ibex es probablemente la explicación fundamental de su debilidad relativa, y no tanto la eventual debilidad de la economía que, aunque real, tampoco es tan diferente a la de otros países comparables.

Valores que más (menos) han aportado a la caída del Ibex desde principios de año.

En la tabla anterior se recogen los dos extremos del comportamiento relativo de los valores del Ibex en lo que va de año, los de arriba los de mejor comportamiento y los de abajo los de peor. La columna %YTD recoge la variación de cada valor en lo que va de año, y las dos de la derecha su impacto en el Ibex en puntos y en porcentaje. Es decir, la columna de la derecha refleja la caída del Ibex imputable a cada uno de esos valores. Si sumamos los siete de abajo vemos que esas siete compañías son las responsables del 80% de la caída del Ibex este año.

Es decir, entre los valores con más peso en el Ibex abundan aquellos que en general están siendo los más castigados en esta crisis: bancos y compañías relacionadas con la aviación comercial. Por el contrario, no tenemos valores con fuerte peso en el Ibex de sectores que se han comportado relativamente bien durante la crisis: tecnológicas, consumo global, etc. Iberdrola y Cellnex serían las dos únicas excepciones, insuficientes para compensar la abundancia de grandes valores débiles.

El comportamiento de las clases de activos durante la pandemia. En general el comportamiento de los activos financieros desde 2008 ha sido bastante positivo, con rentabilidades por encima de sus medias históricas en la mayoría de ellos. La excepción habrían sido algunos mercados de renta variable como los europeos y emergentes que quedaron algo por debajo de sus medias históricas. Lo más sorprendente han sido las rentabilidades estelares de la renta fija gracias a la caída de los tipos de interés, que desgraciadamente no se repetirán en los próximos años.

En el caso de un inversor en bolsa española, está claro que tener una adecuada diversificación renta fija – renta variable nos habría aportado rentabilidad y estabilidad a la cartera.

La “volatilidad” de la Bolsa: desde 2009 la Bolsa europea ha tenido cuatro correcciones del orden del 20% (incluyendo dividendos)

Los bonos a largo plazo siempre eran el activo menos preferido en los últimos años, incluso frente a la liquidez. La realidad es que no han dejado de subir mientras la liquidez se ha mantenido con rentabilidades negativas desde 2014.

Resumen escenario técnico global.

Los índices norteamericanos han encontrado un soporte de corto plazo en el que están tratando de estabilizarse, pero todavía no tenemos señales claras de que pueda ser un suelo definitivo o una simple pausa en una corrección todavía en marcha. En general creemos que los índices norteamericanos necesitan una fase de corrección/consolidación mayor, pero ésta podría desarrollarse tanto por medio de una corrección más profunda como de una consolidación lateral más prolongada.

El comportamiento interno del mercado norteamericano muestra que la corrección está afectando principalmente a los grandes valores tecnológicos y otros que habían entrado en una dinámica alcista muy especulativa en las semanas previas a la corrección. Se aprecia una incipiente rotación desde esos valores de gran crecimiento que acumulan revalorizaciones extraordinarias en los últimos meses hacia otros valores más cíclicos muy castigados. Esto en principio sería una señal de que estamos en una corrección dentro de una tendencia alcista y no ante un techo importante de mercado.

Pocas novedades en los índices europeos que se mantienen en un movimiento lateral desde finales de mayo. Lo positivo es que han aguantado bien la caída de los índices norteamericanos que en otras ocasiones les habría arrastrado a caídas incluso superiores. La sensación es que estamos en un mercado estabilizado en espera de que se despejen un poco los temores causados por el incremento de los contagios en Europa y su posible efecto sobre la recuperación económica. Desde el punto de vista técnico el movimiento lateral debe verse de momento como una pausa en el proceso alcista que se inició en el mes de marzo.

El Ibex se mantiene también plano en las últimas semanas, aunque con un sesgo ligeramente bajista con unos máximos ligeramente descendentes. Ha formado un soporte en el 6.900 cuya pérdida nos avisaría de un nuevo tramo a la baja, posiblemente hacia el 6.400.

La debilidad del Ibex se explica en buena medida por el mal comportamiento de pesos pesados como SAN, BBVA y TEF, y la falta de otros valores importantes que puedan liderar un movimiento alcista. La exposición de esos valores a Latinoamérica parece explicar en buena medida su debilidad.

Si nos salimos del Ibex 35 podemos ver que el Ibex Small Caps está teniendo un comportamiento muy positivo, con una tendencia alcista sostenida desde los mínimos de marzo que le está acercando a los máximos pre-Covid. Una divergencia sorprendente si tenemos en cuenta que las small caps normalmente son muy dependientes del ciclo de la economía doméstica. Siendo un poco optimistas podríamos deducir que la debilidad del Ibex 35 no refleja tanto malas expectativas para nuestra economía sino la situación concreta de determinadas compañías y que la fortaleza de las small caps nos da cierta esperanza de hay vida en nuestro mercado fuera de ese grupo de valores muy deprimidos.

Nasdaq Composite: tras la brusca caída de hace dos semanas los índices norteamericanos se han estabilizado en la primera zona de soporte de corto plazo. De momento, sin embargo, se mantiene la volatilidad relativamente elevada y no puede descartarse que la corrección pueda continuar más adelante. La eventual pérdida del 10.200 en el Nasdaq implicaría una caída adicional hacia el 10.200 aprox.

S&P 500: similar situación, aunque con algo menos de volatilidad. Se ha estabilizado en el primer soporte sobre el 3.310 que coincide aproximadamente con la media móvil de 50 sesiones, pero todavía no podemos hablar de una figura de vuelta que permita confiar en un rebote sostenible

S&P 500 vs S&P 500 Equal Weight: en los últimos diez días de agosto y principios de septiembre tuvo lugar un movimiento alcista muy intenso centrado en los grandes valores de tecnología. Entre las huellas que dejó ese movimiento vemos el peor comportamiento relativo del S&P Equal Weight que pondera a todos los valores del índice por igual frente al gran peso de los grandes valores tecnológicos en el índice normal. El hecho de que en la corrección se haya revertido el movimiento indica que ésta se ha centrado especialmente en esos grandes valores frente a un comportamiento más sostenido del resto del mercado lo que en principio es un indicio positivo de rotación interna en el mercado.

Dow Jones Transportation vs Utilities: el mejor comportamiento relativo del Dow Jones Transportation frente al de Utilities en los últimos meses es un indicio más del sesgo pro ciclo/crecimiento del mercado norteamericano donde los sectores más defensivos se han quedado rezagados. En principio otro signo positivo para el conjunto del mercado.

Ratio Put-Call. El ratio put-call ha empezado ha corregir los niveles extremos de sobrecompra que presentaba aunque todavía no ha llegado a niveles que suelen marcar el suelo de correcciones intermedias en la zona 1,0-1,2 aprox. Para ello haría falta bien una corrección más profunda del S&P 500, bien una consolidación más prolongada.

Indice de Volatilidad (VIX). Tras rebotar en la banda baja de sus bandas de fluctuación (-2 desviaciones típicas), está tratando de superar su media de 20 sesiones. Su superación sería una señal de una estabilización/rebote de corto plazo más sostenido. De momento persiste el riesgo de nuevos descensos.

Euro Stoxx 50: se mantiene el movimiento completamente lateral desde el mes de junio (ligero sesgo bajista en el Ibex), con unos rangos particularmente estrechos en las últimas semanas. El hecho de que la reciente corrección en EEUU no hay afectado demasiado a los índices europeos puede verse también como un signo positivo de rotación sectorial. Si se hubiera producido un techo importante en los índices norteamericanos lo normal es que las caídas se hubieran generalizado al resto de índices mundiales.

Ibex 35 vs Ibex Small Caps: es muy llamativo el buen comportamiento relativo del Ibex Small Caps que está cerca de volver a los máximos pre-Covid en línea con la mayoría de los índices europeos lo que sería una señal positiva de confianza en la recuperación económica. Lo «anormal» sería el comportamiento del Ibex 35.

Ibex 35 vs MSCI Latam: dos factores fundamentales parecen explicar el mal comportamiento relativo del Ibex 35 frente a otros índices europeos o al propio Ibex Small caps. Por un lado, su composición (muchos bancos, pocos valores de crecimiento o cíclicos) y, por otro, la elevadaexposición a Latam de los pesos pesados (TEF, MSCI Latam que al resto de índices europeos.

Euro Stoxx Banks: el sector bancario europeo sigue débil, aunque no tanto como los grandes bancos españoles. Ahora están amenazando su soporte del 58 cuya eventual pérdida aumentaría la presión bajista en el corto plazo.

Las vacaciones. Nos adentramos en el período vacacional por excelencia, lo que se va a traducir en una disminución del flujo de informaciones que alimentan el movimiento del día a día de los mercados. Quedan atrás los datos del PIB y los resultados empresariales del 2º trimestre, que confirman la magnitud del parón de la economía por la pandemia. También la intensa recuperación inicial de algunos indicadores, una vez se han ido eliminando las restricciones a la movilidad. Con los bancos centrales y los gobiernos en modo de espera hasta septiembre, en las próximas semanas no cabe en principio esperar novedades muy importantes que puedan afectar a los mercados.

Septiembre. La vuelta de las vacaciones, sin embargo, se presenta con importantes incertidumbres tanto en el frente sanitario como en el económico, ambos íntimamente unidos. Más allá de la intensidad de la recesión en la primera parte del año, que ha batido récords históricos, la auténtica gravedad de la crisis vendrá determinada por la pérdida permanente de actividad económica que se produzca en los próximos meses. Hasta ahora el cierre de empresas y la pérdida de empleo están relativamente contenidas por las ayudas de los gobiernos en forma de préstamos, avales, ERTEs, etc. Pero a partir de septiembre empezaremos a ver qué parte de esta actividad es viable en la “nueva normalidad” y qué parte está abocada al cierre definitivo.

Un mercado sostenido, con la Bolsa española más débil de los normal. Los meses de agosto no han estado exentos en el pasado de turbulencias en los mercados, pero en principio esperamos que las próximas semanas no se produzcan movimientos muy significativos. En general los mercados europeos se mantienen en las últimas semanas en un tono sostenido de consolidación con alguna excepción como la del mercado español que se ha mostrado cierta debilidad relativa. Esta debilidad es preocupante pero mientras el resto de mercados se mantengan estables esperamos que el deterioro de nuestro mercado se limitado.

España: la recesión más intensa de la historia … y la más corta. En sentido estricto la recesión duró apenas mes y medio, desde mediados de marzo hasta principios de mayo. Los indicadores de mayo y junio muestran una recuperación intensa aunque todavía lejos de los niveles previos a la crisis. Las ventas minoristas en junio fueron un 4% inferiores a las de hace un año. En abril fueron más de un 30% inferiores.

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Comentario de mercado

El movimiento del dólar acaba pasando factura a las bolsas europeas. En las dos últimas semanas los índices europeos y norteamericanos han mostrado un comportamiento algo divergente. Mientras en EEUU el mercado se ha parado, pero se mantiene cerca de sus máximos, los índices europeos han sufrido un retroceso del orden del 5% desde sus máximos recientes. En parte la habitual volatilidad de los bancos y demás sectores cíclicos está detrás de esta caída, pero también la fuerte corrección del dólar frente al euro explica este movimiento divergente. De hecho, si expresamos ambos índices en la misma divisa podemos ver que su comportamiento en las últimas semanas ha sido bastante similar.

Los resultados empresariales y los datos de PIB confirman lo que ya sabíamos. Con cerca de la mitad de las compañías del Stoxx 600 que han publicado ya sus resultados del 2º trimestre, la caída respecto a hace un año en conjunto es del 53%, marginalmente mejor que la previsión del 53% que había al empezar el período de publicación. Por otra parte, los datos del PIB en el 2º trimestre han confirmado las previsiones con unas caídas históricas que no se registraban desde la 2º Guerra Mundial en general. En España incluso peor. Nunca se había registrado una caída del 18% en un trimestre. En todo caso tampoco hay que exagerar el pesimismo hablando de récords históricos de caída en un trimestre. Teniendo en cuenta que en los próximos trimestres va a haber una recuperación significativa, es mejor pensar en términos anuales para valorar esta recesión y compararla con otros graves episodios anteriores. En este sentido estaríamos ante una crisis de una gravedad similar, o algo superior, a la de 2008-09 en términos de destrucción de PIB.

España, a la cabeza de los datos negativos. PIB, desempleo, resultados empresariales, datos del Covid-19 … se mire por donde se mire, los datos de España destacan en sentido negativo. La intensidad y duración del confinamiento, y nuestra exposición, tanto en la economía como en la composición de los índices, a sectores expuestos a la “nueva normalidad”, se han traducido en una recesión más profunda y un peor comportamiento de nuestra bolsa. Ante esto no queda sino insistir en la diversificación y búsqueda de alternativas en otros mercados.

Los datos de PIB del 2º trimestre han confirmado en general las previsiones, con caídas históricas respecto al trimestre anterior del 8% en EEUU, 10% en Alemania, 12% en Italia y 14% en Francia. hasta el 14% en Francia. Desgraciadamente España ha destacado con una caída mayor de la esperada, un 18%.

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El mercado se mantiene en tono de consolidación, con cierta presión en los últimos días sobre los valores que más han subido desde marzo.

En general los índices europeos y norteamericanos han mantenido un tono de fortaleza desde nuestro anterior informe, con máximos de la recuperación en varios de ellos. Inevitablemente, tras las fuertes subidas acumuladas en meses anteriores, los niveles de sobrecompra en muchos indicadores son bastante elevados y eso hace posible que en cualquier momento pueda producirse algún tipo de corrección de corto plazo. Esta es una característica inherente a los mercados alcistas, y una de las principales dificultades psicológicas a vencer para mantenerse en la tendencia de largo plazo.

Algunos movimientos recientes podrían indicar que el mercado está más cerca de algún tipo de consolidación que de un nuevo tirón alcista importante, pero no vemos de momento indicios de un techo de mercado que ponga en riesgo la tendencia alcista desde los mínimos de marzo. Algunos de estos indicios serían: volatilidad en los valores tecnológicos tras las fuertes subidas recientes, sobrecompra en indicadores como el ratio put-call, ligeras divergencias bajistas de corto plazo entre índices.

Los índices europeos se han mantenido fuertes en general, aunque no han podido superar los máximos de la recuperación, lo que nos deja una estructura más bien lateral en el corto plazo. Lo importante en caso de que el mercado se mueva lateralmente es vigilar los niveles de soporte clave: 3.060 en el eur Stoxx 50, 7.090 en el Ibex, …

Del análisis de los valores del Ibex se deriva en general una gran mayoría en estructuras de consolidación en el corto plazo. Unos cuantos están amenazando niveles de soporte intermedios importantes, cuya ruptura implicaría un aumento de la presión bajista en el corto plazo, Una ruptura generalizada de niveles en los valore y de 7.090 en el Ibex sería una mala noticia para la bolsa española en el corto plazo, pero de momento no creemos que vaya a suceder.

Fuera de la bolsa lo más significativo recientemente ha sido el movimiento del dólar, con una ruptura de niveles de corto-medio plazo importantes que apuntaría a que puede consolidar un movimiento al alza sostenido en próximas semanas/meses. En favor de este movimiento estaría la gran infravaloración del euro frente al dólar respecto a su nivel de equilibrio por su paridad de poder adquisitivo, así como el movimiento de los diferenciales de los tipos de interés de ambas divisas que en los últimos meses ha favorecido al euro gracias a la drástica rebaja de tipos de la Fed frente a la estabilidad del BCE.

S&P 500: nuevos máximos de la recuperación mantienen la tendencia claramente alcista. El soporte principal es la zona del 2.950. Una eventual corrección que se mantenga por encima de ese nivel no sería preocupante.

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Comentario de mercado

Fuerte aumento de los contagios en algunas zonas, pero persiste la confianza en que lo peor ha pasado. Los últimos días han estado más dominados por un flujo negativo de noticias relativas al aumento de nuevos casos de Covid-19 a nivel global. El aumento se ha debido principalmente a la expansión de la pandemia en zonas de elevada población que todavía no habían alcanzado el pico de contagios, particularmente en el continente americano y algunas zonas de Asia como India. No se trata por tanto de un rebrote sin más bien de la extensión del virus a nuevas zonas. Los datos en Europa, China, Nueva York y otras áreas duramente castigadas siguen en claro declive y de momento permiten pensar en el control de la pandemia.

Los datos económicos apoyan claramente la idea de que la economía global avanza ya en su recuperación. Los datos económicos relativos a los meses de mayo y junio siguen reflejando que la economía ha dejado atrás la recesión y está empezando a recuperarse a medida que se van eliminando las restricciones a la movilidad por todo el mundo. La recuperación es generalizada aunque desigual en intensidad según los países y sectores. Los datos de empleo del mes de junio publicados esta semana muestran ese contraste entre una economía como la norteamericana con un fuerte ritmo de creación de empleo y otra como la española que todavía no muestra un crecimiento significativo del empleo. Bien es cierto que los ERTEs no dejan ver todavía la realidad del mercado laboral en nuestro país.

Europa vs EEUU, ¿un comportamiento más equilibrado a la vista? Desde los mínimos de marzo la Bolsa europea mantiene un ritmo de recuperación similar al de EEUU. Después de cinco años de un comportamiento relativo muy pobre de la Bolsa europea, algunos indicios apuntarían a que podríamos estar entrando en una fase más equilibrada al menos. El comportamiento del EUR/USD, apoyado por el movimiento relativo de los tipos de interés podrían favorecer ese cambio de escenario relativo.

Aumento de los casos de Covid-19 a nivel global. En las últimas semanas los datos globales muestran un aumento significativo de nuevos casos de coronavirus. Este aumento, sin embargo, esconde tendencias dispares entre zonas como Europa o el extremo Oriente, donde las cifras se mantienen en general controladas, y un fuerte aumento en áreas a las que la pandemia ha llegado más tarde y están experimentando ahora la fase de crecimiento exponencial. Un caso significativo en este sentido sería el de EEUU, que parecería estar viviendo una segunda oleada después de un primer pico en el mes de marzo que se está viendo superado ahora. Pero en este caso también, más que de un rebrote habría que hablar de que el virus está creciendo ahora en los estados del sur y el oeste, en los que hasta ahora su impacto había sido suave, en contraste con zonas como Nueva York que se vieron muy afectadas en marzo a la vez que en Europa.

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El mercado ha dado muestras de fortaleza durante la
reciente corrección reforzando el escenario de una recuperación sostenible en próximos meses.

No ha habido cambios significativos en el escenario técnico desde nuestro anterior informe. La mayoría de los índices dejaron un techo el 8 de junio y desde entonces se encuentran en una fase de corrección de corto plazo. El retroceso máximo ha sido del orden del 10%, pero se han respetado los primeros soportes relevantes por lo que las estructuras alcistas desde los mínimos de marzo siguen vigentes en todos los índices. La intensa caída inicial ha dejado paso a un proceso de consolidación que, en general, es consistente con la continuidad de la recuperación más adelante.

Los índices norteamericanos se encuentran cerca de sus máximos históricos. La intensidad de la subida planteaba el riesgo de que en algún momento pudiera producirse una corrección importante. La reciente corrección elimina de momento ese riesgo ya que de hecho la corrección se ha producido y el mercado ha encontrado ya una zona de soporte. Cara a próximas semanas/meses lo que es evidente es que la verticalidad de la subida no se puede mantener por lo que esperaríamos una suavización de la misma. Tramos alcistas menos intensos y correcciones más frecuentes pueden marcar el escenario, o bien un proceso de consolidación en un rango lateral.

Los índices europeos se encuentran en una situación similar en cuanto a su estructura, aunque algo más alejados de sus máximos pre-covid. En todo caso la reciente corrección he servido para determinar soportes de corto plazo, eliminar riesgo de caída intensa y reforzar la estructura alcista desde los mínimos de marzo. Idealmente la recuperación debería ir alternando tramos alcistas con fases de consolidación como la actual para minimizar el riesgo de fuertes correcciones y tener referencias de soportes cercanos.

Si bajamos al nivel de sectores y valores encontramos también un escenario en general constructivo. Hay valores con tendencias alcistas impecables y otros que se mueven más en amplios rangos sin una tendencia tan definida, pero incluso estos últimos han logrado mantenerse por encima de sus soportes importantes durante la reciente corrección. Todo esto refuerza la idea de que en general la fase de recuperación del mercado sigue vigente y esperamos que continúe en próximos meses independientemente de que pueda entrar en momentos de consolidación prolongados que serían algo normal después de algunas subidas muy intensas en las últimas semanas.

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El mercado puede necesitar una fase de consolidación, pero seguimos confiando en una recuperación sostenible a medio-largo plazo.

El fuerte tirón alcista de las últimas semanas ha llevado a los índices norteamericanos a las cercanías de sus máximos históricos previos a la crisis. La vuelta en V ha sido una realidad en los mercados pese a que la economía tiene todavía por delante un incierto camino de recuperación. En nuestra opinión el comportamiento del mercado refuerza la idea de que en los mínimos de marzo acabó el proceso bajista y desde entonces nos encontramos en un nuevo ciclo alcista de medio-largo plazo. El problema es que la subida tan intensa en muy poco tiempo nos deja un escenario complicado en el corto plazo. En particular los índices norteamericanos en zona de máximos pueden tener dificultades para seguir subiendo y sería razonable esperar un proceso de corrección/consolidación que sirva para suavizar la pendiente de subida y eliminar los niveles de sobrecompra de corto plazo.

Los índices europeos han subido con fuerza en las últimas semanas gracias a la aportación de los sectores cíclicos, que finalmente se han apuntado con claridad alas subidas. Sería un indicio positivo más de que los inversores confían en la recuperación sostenible de la economía en los próximos trimestres. La gran amplitud de los movimientos del mercado, tanto en la caída de marzo como en la recuperación posterior, implica que la volatilidad es todavía muy elevada y sigue dejándonos un escenario difícil en el corto plazo porque no sería extraño alguna corrección de cierta importancia tras las subidas acumuladas.

En todo caso lo importante es confiar en que, más allá de que pueda haber alguna corrección profunda o – más probable- un proceso de consolidación lateral prolongado, el escenario bajista de vuelta a los mínimos y más allá es ahora muy improbable en nuestra opinión. Una vez que la economía ha entrado en la senda de recuperación y que ésta se va a mantener durante varios trimestres como mínimo, lo normal es que la Bolsa mantenga un tono positivo la menos hasta que se perciba riesgo de una recaída en el futuro. Salvo un inesperado rebrote del virus que obligue a un nuevo cierre de la economía, no es razonable esperar una nueva recesión hasta dentro de un par de años como muy pronto.

El Ibex ha salido también de su fase de ostracismo y en las últimas semanas ha acompañado el tirón alcista del resto de Bolsas. Creemos que en las próximas semanas podría realizar un movimiento de consolidación en la banda 7.100-8.000 aproximadamente antes de intentar proseguir con la recuperación. La resistencia del Ibex a caer durante la actual corrección sería un indicio muy positivo para confiar en la continuidad de la recuperación a medio plazo.

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Comentario de mercado

El mercado apuesta por la recuperación en V. El Nasdaq ha superado los niveles máximos previos a la crisis del Coronavirus. Una recuperación en V en toda regla que otros índices van camino de conseguir también. En general los inversores han buscado la “calidad” durante el proceso de recuperación, tanto a nivel de país como de sectores o empresas, lo que se ha traducido en un rebote algo desigual. En las dos últimas semanas, sin embargo, el rebote se ha extendido a los países y sectores que estaban más retrasados en la recuperación, entre ellos el mercado español. La recuperación de los sectores más cíclicos es un indicio más de la creciente confianza del mercado en la recuperación de la economía en los próximos meses. El problema es que el mercado está completando su recuperación cuando la economía y los beneficios de las empresas ni siquiera han empezado la suya, lo que nos deja un escenario complicado de manejar en los próximos meses.

El decidido apoyo fiscal de Alemania cambia la percepción sobre los mercados europeos. Los mercados europeos han sufrido un cambio importante en los últimos días en los que estamos asistiendo a subidas generalizadas muy importantes en las bolsas y el euro, así como a un repunte de la rentabilidad de los bonos en Alemania. Además de las cuestiones generales derivadas de la mejoría de la pandemia, el mercado ha reaccionado muy positivamente al anuncio de las diferentes medidas de apoyo fiscal a la economía, tanto a nivel europeo como en los diferentes países, y muy especialmente en Alemania. En contraste con la Gran Recesión, cuando Alemania entendió que cada país tenía que ajustar los graves desequilibrios que les habían llevado a la crisis, en esta ocasión asume que el problema es de una naturaleza diferente lo que justifica un mayor ejercicio de solidaridad entre países así como un gran esfuerzo fiscal interno que indirectamente también ayudará al resto. A las medidas anunciadas con anterioridad, esta semana Alemania ha añadido un nuevo paquete fiscal de 130.000 millones, lo que deja bien claro que de momento el objetivo es reactivar la economía a toda costa, aunque ello suponga un gran aumento del endeudamiento.

Vuelta a los máximos: ¿y ahora qué? El Nasdaq ha sido el primer gran índice bursátil que ha superado sus máximos previos a la crisis, pero otros índices van camino de conseguirlo también próximamente. En todo caso, la recuperación ha sido lo suficientemente intensa como para asumir que los mercados dan por superada una de las mayores recesiones de la historia, por su intensidad que no por su duración. Desde el principio esta recesión ha sido diferente a las demás, y la rápida recuperación de la Bolsa en el fondo se explica también por esa diferencia. El cierre de la economía fue forzado por los gobiernos y no consecuencia de un ajuste de los desequilibrios de la economía o los mercados financieros. La progresiva reapertura que está ya en marcha en todos los países, por tanto, devolvería la economía a la situación anterior a la pandemia. Tan sólo algunos sectores tardarían algo más en volver a la normalidad porque ciertas restricciones a la cercanía entre las personas se mantendrán durante más tiempo. En todo caso esto no impediría la total recuperación de las economías más fuertes que son las que marcan el paso de los mercados globales. Vista a través del Nasdaq, la reciente corrección ha sido una más de las que han jalonado el ciclo alcista desde el año 2009. Un susto que no ha pasado a mayores y que mantiene al índice tecnológico en un canal alcista que implica una rentabilidad media anual cercana al 15%. Lo que cabría esperar a futuro es más de los mismo, con la dificultad de que al estar cerca del techo del canal el movimiento en los próximos meses podría suavizarse significativamente.

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Tras la breve corrección, las Bolsa reanudan con fuerza las subidas.

Las fases iniciales de un nuevo ciclo alcista tras una recesión ponen a prueba la confianza de los inversores. En la situación actual, la intensa subida de muchos índices está yendo en paralelo a la publicación de unos datos económicos catastróficos y a un altísimo grado de incertidumbre sobre la evolución de la economía en los próximos meses, con la espada de Damocles de un eventual rebrote de la pandemia. De momento, sin embargo, el mensaje del mercado parece claro. Con los índices norteamericanos camino de sus máximos históricos, los inversores parecen convencidos de que esta recesión se va a recuperar con rapidez y vamos a volver al escenario optimista que teníamos: un escenario de crecimiento sostenido en los próximos años acompañado de unos tipos de interés muy bajos que hacen de la Bolsa el activo financiero más atractivo.

La historia muestra que estas recuperaciones intensas del mercado son habituales tras una recesión y la mayoría de las veces no hay vuelta atrás del mercado. Esto es así porque una recesión marca el inicio de una nueva fase sostenida de crecimiento económico que se mantiene durante años. Alguna excepción ha habido, desde luego. Por ejemplo, en el caso de España la de la recesión de 2008/09. Entonces el Ibex tuvo una recuperación muy intensa desde marzo de 2009 hasta principios de 2010, nueve meses en los que subió un 80% anticipando una vuelta al crecimiento económico. Y la economía salió de la recesión, efectivamente, pero no precisamente para volver a un escenario normal de crecimiento sostenido. Un año después el problema de la deuda y la necesidad de hacer ajustes presupuestarios provocaron una nueva recesión y la Bolsa volvió a los mínimos. En todo caso, un escenario de ese tipo se plantearía más bien dentro de unos meses. De momento, el mercado sigue subiendo anticipando algo que sin duda a corto plazo va a suceder: una vuelta al crecimiento tras la intensísima recesión de estos meses. Después veremos si podemos confiar en una fase expansiva sostenida de la economía o aparecen los nubarrones en el horizonte.

En los últimos días la subida del mercado se ha reactivado después de una fase de corrección que se ha limitado a un movimiento lateral con escaso retroceso. Lo más relevante quizás en los últimos días es que los sectores y valores que se mostraban más reticentes a subir se han incorporado con fuerza a la subida. Son general los valores cíclicos más expuestos a la crisis los que han liderado la subida estos días, lo que podría interpretarse en términos de una creciente confianza d ellos inversores en la recuperación de la economía.

Los índices europeos se han beneficiado de esta circunstancia y han subido con fuerza en los últimos días reforzando su estructura alcista desde los mínimos de marzo. Indicadores de la fortaleza interna del mercado, como la línea avance/descenso, han acompañado también el último tirón lo que de momento sigue apuntando a que la fase de recuperación va a mantenerse en próximas semanas más allá de las inevitables correcciones de corto plazo que suceden de vez en cuando.

El sector bancario es quizás el que más dudas presenta desde un punto de vista técnico lo que mantiene a su vez al Ibex algo retrasado respecto a otros índices, pero también en los últimos días se aprecia un intento de consolidar una fase de rebote más sostenida. De momento, por tanto, la mayoría de indicios siguen apuntando a la continuidad de la subida desafiando la gran incertidumbre sobre el escenario económico de los próximos meses.

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