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Resumen escenario técnico global.

Los índices norteamericanos han encontrado un soporte de corto plazo en el que están tratando de estabilizarse, pero todavía no tenemos señales claras de que pueda ser un suelo definitivo o una simple pausa en una corrección todavía en marcha. En general creemos que los índices norteamericanos necesitan una fase de corrección/consolidación mayor, pero ésta podría desarrollarse tanto por medio de una corrección más profunda como de una consolidación lateral más prolongada.

El comportamiento interno del mercado norteamericano muestra que la corrección está afectando principalmente a los grandes valores tecnológicos y otros que habían entrado en una dinámica alcista muy especulativa en las semanas previas a la corrección. Se aprecia una incipiente rotación desde esos valores de gran crecimiento que acumulan revalorizaciones extraordinarias en los últimos meses hacia otros valores más cíclicos muy castigados. Esto en principio sería una señal de que estamos en una corrección dentro de una tendencia alcista y no ante un techo importante de mercado.

Pocas novedades en los índices europeos que se mantienen en un movimiento lateral desde finales de mayo. Lo positivo es que han aguantado bien la caída de los índices norteamericanos que en otras ocasiones les habría arrastrado a caídas incluso superiores. La sensación es que estamos en un mercado estabilizado en espera de que se despejen un poco los temores causados por el incremento de los contagios en Europa y su posible efecto sobre la recuperación económica. Desde el punto de vista técnico el movimiento lateral debe verse de momento como una pausa en el proceso alcista que se inició en el mes de marzo.

El Ibex se mantiene también plano en las últimas semanas, aunque con un sesgo ligeramente bajista con unos máximos ligeramente descendentes. Ha formado un soporte en el 6.900 cuya pérdida nos avisaría de un nuevo tramo a la baja, posiblemente hacia el 6.400.

La debilidad del Ibex se explica en buena medida por el mal comportamiento de pesos pesados como SAN, BBVA y TEF, y la falta de otros valores importantes que puedan liderar un movimiento alcista. La exposición de esos valores a Latinoamérica parece explicar en buena medida su debilidad.

Si nos salimos del Ibex 35 podemos ver que el Ibex Small Caps está teniendo un comportamiento muy positivo, con una tendencia alcista sostenida desde los mínimos de marzo que le está acercando a los máximos pre-Covid. Una divergencia sorprendente si tenemos en cuenta que las small caps normalmente son muy dependientes del ciclo de la economía doméstica. Siendo un poco optimistas podríamos deducir que la debilidad del Ibex 35 no refleja tanto malas expectativas para nuestra economía sino la situación concreta de determinadas compañías y que la fortaleza de las small caps nos da cierta esperanza de hay vida en nuestro mercado fuera de ese grupo de valores muy deprimidos.

Nasdaq Composite: tras la brusca caída de hace dos semanas los índices norteamericanos se han estabilizado en la primera zona de soporte de corto plazo. De momento, sin embargo, se mantiene la volatilidad relativamente elevada y no puede descartarse que la corrección pueda continuar más adelante. La eventual pérdida del 10.200 en el Nasdaq implicaría una caída adicional hacia el 10.200 aprox.

S&P 500: similar situación, aunque con algo menos de volatilidad. Se ha estabilizado en el primer soporte sobre el 3.310 que coincide aproximadamente con la media móvil de 50 sesiones, pero todavía no podemos hablar de una figura de vuelta que permita confiar en un rebote sostenible

S&P 500 vs S&P 500 Equal Weight: en los últimos diez días de agosto y principios de septiembre tuvo lugar un movimiento alcista muy intenso centrado en los grandes valores de tecnología. Entre las huellas que dejó ese movimiento vemos el peor comportamiento relativo del S&P Equal Weight que pondera a todos los valores del índice por igual frente al gran peso de los grandes valores tecnológicos en el índice normal. El hecho de que en la corrección se haya revertido el movimiento indica que ésta se ha centrado especialmente en esos grandes valores frente a un comportamiento más sostenido del resto del mercado lo que en principio es un indicio positivo de rotación interna en el mercado.

Dow Jones Transportation vs Utilities: el mejor comportamiento relativo del Dow Jones Transportation frente al de Utilities en los últimos meses es un indicio más del sesgo pro ciclo/crecimiento del mercado norteamericano donde los sectores más defensivos se han quedado rezagados. En principio otro signo positivo para el conjunto del mercado.

Ratio Put-Call. El ratio put-call ha empezado ha corregir los niveles extremos de sobrecompra que presentaba aunque todavía no ha llegado a niveles que suelen marcar el suelo de correcciones intermedias en la zona 1,0-1,2 aprox. Para ello haría falta bien una corrección más profunda del S&P 500, bien una consolidación más prolongada.

Indice de Volatilidad (VIX). Tras rebotar en la banda baja de sus bandas de fluctuación (-2 desviaciones típicas), está tratando de superar su media de 20 sesiones. Su superación sería una señal de una estabilización/rebote de corto plazo más sostenido. De momento persiste el riesgo de nuevos descensos.

Euro Stoxx 50: se mantiene el movimiento completamente lateral desde el mes de junio (ligero sesgo bajista en el Ibex), con unos rangos particularmente estrechos en las últimas semanas. El hecho de que la reciente corrección en EEUU no hay afectado demasiado a los índices europeos puede verse también como un signo positivo de rotación sectorial. Si se hubiera producido un techo importante en los índices norteamericanos lo normal es que las caídas se hubieran generalizado al resto de índices mundiales.

Ibex 35 vs Ibex Small Caps: es muy llamativo el buen comportamiento relativo del Ibex Small Caps que está cerca de volver a los máximos pre-Covid en línea con la mayoría de los índices europeos lo que sería una señal positiva de confianza en la recuperación económica. Lo «anormal» sería el comportamiento del Ibex 35.

Ibex 35 vs MSCI Latam: dos factores fundamentales parecen explicar el mal comportamiento relativo del Ibex 35 frente a otros índices europeos o al propio Ibex Small caps. Por un lado, su composición (muchos bancos, pocos valores de crecimiento o cíclicos) y, por otro, la elevadaexposición a Latam de los pesos pesados (TEF, MSCI Latam que al resto de índices europeos.

Euro Stoxx Banks: el sector bancario europeo sigue débil, aunque no tanto como los grandes bancos españoles. Ahora están amenazando su soporte del 58 cuya eventual pérdida aumentaría la presión bajista en el corto plazo.

El mercado se mantiene en tono de consolidación, con cierta presión en los últimos días sobre los valores que más han subido desde marzo.

En general los índices europeos y norteamericanos han mantenido un tono de fortaleza desde nuestro anterior informe, con máximos de la recuperación en varios de ellos. Inevitablemente, tras las fuertes subidas acumuladas en meses anteriores, los niveles de sobrecompra en muchos indicadores son bastante elevados y eso hace posible que en cualquier momento pueda producirse algún tipo de corrección de corto plazo. Esta es una característica inherente a los mercados alcistas, y una de las principales dificultades psicológicas a vencer para mantenerse en la tendencia de largo plazo.

Algunos movimientos recientes podrían indicar que el mercado está más cerca de algún tipo de consolidación que de un nuevo tirón alcista importante, pero no vemos de momento indicios de un techo de mercado que ponga en riesgo la tendencia alcista desde los mínimos de marzo. Algunos de estos indicios serían: volatilidad en los valores tecnológicos tras las fuertes subidas recientes, sobrecompra en indicadores como el ratio put-call, ligeras divergencias bajistas de corto plazo entre índices.

Los índices europeos se han mantenido fuertes en general, aunque no han podido superar los máximos de la recuperación, lo que nos deja una estructura más bien lateral en el corto plazo. Lo importante en caso de que el mercado se mueva lateralmente es vigilar los niveles de soporte clave: 3.060 en el eur Stoxx 50, 7.090 en el Ibex, …

Del análisis de los valores del Ibex se deriva en general una gran mayoría en estructuras de consolidación en el corto plazo. Unos cuantos están amenazando niveles de soporte intermedios importantes, cuya ruptura implicaría un aumento de la presión bajista en el corto plazo, Una ruptura generalizada de niveles en los valore y de 7.090 en el Ibex sería una mala noticia para la bolsa española en el corto plazo, pero de momento no creemos que vaya a suceder.

Fuera de la bolsa lo más significativo recientemente ha sido el movimiento del dólar, con una ruptura de niveles de corto-medio plazo importantes que apuntaría a que puede consolidar un movimiento al alza sostenido en próximas semanas/meses. En favor de este movimiento estaría la gran infravaloración del euro frente al dólar respecto a su nivel de equilibrio por su paridad de poder adquisitivo, así como el movimiento de los diferenciales de los tipos de interés de ambas divisas que en los últimos meses ha favorecido al euro gracias a la drástica rebaja de tipos de la Fed frente a la estabilidad del BCE.

S&P 500: nuevos máximos de la recuperación mantienen la tendencia claramente alcista. El soporte principal es la zona del 2.950. Una eventual corrección que se mantenga por encima de ese nivel no sería preocupante.

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El mercado ha dado muestras de fortaleza durante la
reciente corrección reforzando el escenario de una recuperación sostenible en próximos meses.

No ha habido cambios significativos en el escenario técnico desde nuestro anterior informe. La mayoría de los índices dejaron un techo el 8 de junio y desde entonces se encuentran en una fase de corrección de corto plazo. El retroceso máximo ha sido del orden del 10%, pero se han respetado los primeros soportes relevantes por lo que las estructuras alcistas desde los mínimos de marzo siguen vigentes en todos los índices. La intensa caída inicial ha dejado paso a un proceso de consolidación que, en general, es consistente con la continuidad de la recuperación más adelante.

Los índices norteamericanos se encuentran cerca de sus máximos históricos. La intensidad de la subida planteaba el riesgo de que en algún momento pudiera producirse una corrección importante. La reciente corrección elimina de momento ese riesgo ya que de hecho la corrección se ha producido y el mercado ha encontrado ya una zona de soporte. Cara a próximas semanas/meses lo que es evidente es que la verticalidad de la subida no se puede mantener por lo que esperaríamos una suavización de la misma. Tramos alcistas menos intensos y correcciones más frecuentes pueden marcar el escenario, o bien un proceso de consolidación en un rango lateral.

Los índices europeos se encuentran en una situación similar en cuanto a su estructura, aunque algo más alejados de sus máximos pre-covid. En todo caso la reciente corrección he servido para determinar soportes de corto plazo, eliminar riesgo de caída intensa y reforzar la estructura alcista desde los mínimos de marzo. Idealmente la recuperación debería ir alternando tramos alcistas con fases de consolidación como la actual para minimizar el riesgo de fuertes correcciones y tener referencias de soportes cercanos.

Si bajamos al nivel de sectores y valores encontramos también un escenario en general constructivo. Hay valores con tendencias alcistas impecables y otros que se mueven más en amplios rangos sin una tendencia tan definida, pero incluso estos últimos han logrado mantenerse por encima de sus soportes importantes durante la reciente corrección. Todo esto refuerza la idea de que en general la fase de recuperación del mercado sigue vigente y esperamos que continúe en próximos meses independientemente de que pueda entrar en momentos de consolidación prolongados que serían algo normal después de algunas subidas muy intensas en las últimas semanas.

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El mercado puede necesitar una fase de consolidación, pero seguimos confiando en una recuperación sostenible a medio-largo plazo.

El fuerte tirón alcista de las últimas semanas ha llevado a los índices norteamericanos a las cercanías de sus máximos históricos previos a la crisis. La vuelta en V ha sido una realidad en los mercados pese a que la economía tiene todavía por delante un incierto camino de recuperación. En nuestra opinión el comportamiento del mercado refuerza la idea de que en los mínimos de marzo acabó el proceso bajista y desde entonces nos encontramos en un nuevo ciclo alcista de medio-largo plazo. El problema es que la subida tan intensa en muy poco tiempo nos deja un escenario complicado en el corto plazo. En particular los índices norteamericanos en zona de máximos pueden tener dificultades para seguir subiendo y sería razonable esperar un proceso de corrección/consolidación que sirva para suavizar la pendiente de subida y eliminar los niveles de sobrecompra de corto plazo.

Los índices europeos han subido con fuerza en las últimas semanas gracias a la aportación de los sectores cíclicos, que finalmente se han apuntado con claridad alas subidas. Sería un indicio positivo más de que los inversores confían en la recuperación sostenible de la economía en los próximos trimestres. La gran amplitud de los movimientos del mercado, tanto en la caída de marzo como en la recuperación posterior, implica que la volatilidad es todavía muy elevada y sigue dejándonos un escenario difícil en el corto plazo porque no sería extraño alguna corrección de cierta importancia tras las subidas acumuladas.

En todo caso lo importante es confiar en que, más allá de que pueda haber alguna corrección profunda o – más probable- un proceso de consolidación lateral prolongado, el escenario bajista de vuelta a los mínimos y más allá es ahora muy improbable en nuestra opinión. Una vez que la economía ha entrado en la senda de recuperación y que ésta se va a mantener durante varios trimestres como mínimo, lo normal es que la Bolsa mantenga un tono positivo la menos hasta que se perciba riesgo de una recaída en el futuro. Salvo un inesperado rebrote del virus que obligue a un nuevo cierre de la economía, no es razonable esperar una nueva recesión hasta dentro de un par de años como muy pronto.

El Ibex ha salido también de su fase de ostracismo y en las últimas semanas ha acompañado el tirón alcista del resto de Bolsas. Creemos que en las próximas semanas podría realizar un movimiento de consolidación en la banda 7.100-8.000 aproximadamente antes de intentar proseguir con la recuperación. La resistencia del Ibex a caer durante la actual corrección sería un indicio muy positivo para confiar en la continuidad de la recuperación a medio plazo.

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Tras la breve corrección, las Bolsa reanudan con fuerza las subidas.

Las fases iniciales de un nuevo ciclo alcista tras una recesión ponen a prueba la confianza de los inversores. En la situación actual, la intensa subida de muchos índices está yendo en paralelo a la publicación de unos datos económicos catastróficos y a un altísimo grado de incertidumbre sobre la evolución de la economía en los próximos meses, con la espada de Damocles de un eventual rebrote de la pandemia. De momento, sin embargo, el mensaje del mercado parece claro. Con los índices norteamericanos camino de sus máximos históricos, los inversores parecen convencidos de que esta recesión se va a recuperar con rapidez y vamos a volver al escenario optimista que teníamos: un escenario de crecimiento sostenido en los próximos años acompañado de unos tipos de interés muy bajos que hacen de la Bolsa el activo financiero más atractivo.

La historia muestra que estas recuperaciones intensas del mercado son habituales tras una recesión y la mayoría de las veces no hay vuelta atrás del mercado. Esto es así porque una recesión marca el inicio de una nueva fase sostenida de crecimiento económico que se mantiene durante años. Alguna excepción ha habido, desde luego. Por ejemplo, en el caso de España la de la recesión de 2008/09. Entonces el Ibex tuvo una recuperación muy intensa desde marzo de 2009 hasta principios de 2010, nueve meses en los que subió un 80% anticipando una vuelta al crecimiento económico. Y la economía salió de la recesión, efectivamente, pero no precisamente para volver a un escenario normal de crecimiento sostenido. Un año después el problema de la deuda y la necesidad de hacer ajustes presupuestarios provocaron una nueva recesión y la Bolsa volvió a los mínimos. En todo caso, un escenario de ese tipo se plantearía más bien dentro de unos meses. De momento, el mercado sigue subiendo anticipando algo que sin duda a corto plazo va a suceder: una vuelta al crecimiento tras la intensísima recesión de estos meses. Después veremos si podemos confiar en una fase expansiva sostenida de la economía o aparecen los nubarrones en el horizonte.

En los últimos días la subida del mercado se ha reactivado después de una fase de corrección que se ha limitado a un movimiento lateral con escaso retroceso. Lo más relevante quizás en los últimos días es que los sectores y valores que se mostraban más reticentes a subir se han incorporado con fuerza a la subida. Son general los valores cíclicos más expuestos a la crisis los que han liderado la subida estos días, lo que podría interpretarse en términos de una creciente confianza d ellos inversores en la recuperación de la economía.

Los índices europeos se han beneficiado de esta circunstancia y han subido con fuerza en los últimos días reforzando su estructura alcista desde los mínimos de marzo. Indicadores de la fortaleza interna del mercado, como la línea avance/descenso, han acompañado también el último tirón lo que de momento sigue apuntando a que la fase de recuperación va a mantenerse en próximas semanas más allá de las inevitables correcciones de corto plazo que suceden de vez en cuando.

El sector bancario es quizás el que más dudas presenta desde un punto de vista técnico lo que mantiene a su vez al Ibex algo retrasado respecto a otros índices, pero también en los últimos días se aprecia un intento de consolidar una fase de rebote más sostenida. De momento, por tanto, la mayoría de indicios siguen apuntando a la continuidad de la subida desafiando la gran incertidumbre sobre el escenario económico de los próximos meses.

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La fase de rebote se consolida de forma generalizada. El riesgo de una recaída severa es menos probable en próximos meses.

Los índices norteamericanos siguen lanzados en su intensa recuperación. Los datos económicos publicados esta semana reflejan una moderada caída del PIB del 1,2% en el primer trimestre (frente al 3,7% en la eurozona). La resistencia de su economía, la menor extensión de los contagios y las ayudas masivas tanto fiscales como monetarias, parecen haber convencido a los inversores que la recuperación de la economía norteamericana será intensa en los próximos trimestres. Es probable que ese escenario se confirme de alguna forma en los próximos meses lo que se traduciría en un mercado sostenido en EEUU. Las posibles correcciones no serían demasiado profundas y en general sería muy poco probable un nuevo acercamiento a los mínimos de marzo en próximos meses.

Los riesgos habría que situarlos más bien a medio plazo, a 1-2 años vista. Hasta entonces la economía se va a ver impulsada por los estímulos fiscales y monetarios, así como por la propia inercia de la recuperación del desplome reciente. Después vendrá el momento de lidiar con la deuda acumulada por las ayudas masivas. Será entonces, con la retirada de estímulos y los ajustes fiscales, donde cabe la posibilidad de una recaída de la economía y un proceso de corrección intenso en los mercados.

Tenemos el precedente de la crisis de deuda en Europa tras la Gran Recesión. Tras el suelo de la Bolsa en marzo de 2009 se produjo una recuperación muy intensa durante un año casi. A principios de 2010 el rebote se frenó y poco a poco se fue produciendo un cambio de escenario. La crisis de deuda fue afectando a varios países europeos provocando una nueva recesión y una vuelta a los mínimos dos años después.

Desde luego EEUU no es la eurozona, y tiene una mayor capacidad de lidiar con su deuda, pero la idea de fondo sigue siendo válida. En los próximos meses es difícil, que vayamos a volver a ver un nuevo descalabro del mercado. Inevitablemente, la economía va a empezar a recuperarse con fuerza una vez se eliminen las restricciones apoyada por los estímulos masivos. En ese escenario las Bolsas subirán más o menos, o se estabilizarán, pero es poco probable un hundimiento a los niveles extremos alcanzados en marzo. Dentro de unos meses veremos. En el caso de Europa el rebote va más lento y los riesgos son mayores, pero en esencia el escenario sería similar. La diferencia es que el rebote actual será más limitado y la probabilidad de una especie de crisis de deuda bis, más alta.

Del repaso que hacemos a la estructura de largo plazo de los índices europeos (ver gráficos más adelante) sacamos la conclusión de que es razonable asumir que se haya podido alcanzar un suelo importante en marzo. Esto significa que no vemos probable que estemos en un gran mercado bajista que continuaría por debajo de esos niveles de forma indefinida. No se puede descartar, sin embargo, que el proceso de inicio de un nuevo ciclo alcista sea largo e incluya algún acercamiento a la zona de mínimos, si no ahora, en 1-2 años. El escenario en ese período está necesariamente muy abierto por el enorme rango de fluctuación que han tenido los índices en estos meses.

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Los mercados se apuntan al escenario de una recuperación rápida de la economía.

Los mercados parecen darle una probabilidad elevada al escenario optimista de que la recesión, aunque intensa, va a ser de corta duración y la economía va a tener una recuperación importante en los próximos trimestres, de forma que para finales de 2021 las economías más sólidas podrían haber recuperado el nivel de actividad previo a la crisis. La dificultad de analizar esta crisis es precisamente su combinación de intensidad y corta duración. Esto se traduce en que, cuando apenas hemos empezado a conocer indicadores económicos que reflejan el impacto inicial de la crisis, los mercados ya han completado el desplome y empiezan a mirar al escenario de crecimiento que tendríamos en los próximos años. En condiciones normales, una recuperación de esta intensidad en medio de una recesión sería un signo bastante inequívoco de que lo peor habría pasado para los mercados. Desde luego es un escenario plausible ahora también, pero con un grado de incertidumbre tan alto que sorprende la intensidad y rapidez de la recuperación.

Estamos inmersos, por tanto, en un rebote muy intenso, aunque algo desigual por países y sectores. Las economías más fuertes, en particular EEUU, pero también China y otros asiáticos, Alemania, etc. Son los que están liderando las subidas. De alguna forma es lógico que el mercado asuma que el escenario de recuperación rápida de la economía es más creíble en economías más fuertes y países que han controlado mejor la pandemia. España no parece estar entre ellos de momento.

Desde un punto de vista técnico la fortaleza del rebote aumenta la probabilidad de que hayamos dejado atrás un suelo importante en los mercados. Sigue siendo razonable, por otra parte, esperar que la recuperación no vaya a ser vertical y que en algún momento se produzcan correcciones importantes. El escenario que consideramos más probable es que, tras este tirón inicial fuerte, el mercado entre en una fase de consolidación amplia que de alguna forma nos confirmase que ya no vamos a volver a los mínimos. Este escenario implicaría volver a ser optimistas respecto al largo plazo del mercado, aunque en los próximos meses todavía podamos estar sometidos a unas fluctuaciones importantes en el mercado dada la enorme amplitud de los rangos que se han abierto en estas últimas semanas.

Si descendemos al nivel de los valores, se aprecia que las tendencias que han dominado el mercado en los últimos años se vuelven a manifestar en la recuperación. Los sectores fuertes: tecnología, consumo, defensivos, etc. están liderando la recuperación, mientras que los que ya eran débiles antes de la crisis, como los bancos y cíclicos en general, no están participando demasiado en el rebote. La recuperación de estos sectores sería una importante señal para confiar en un escenario alcista sostenible a medio plazo.

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Los mercados se estabilizan, pero todavía en un clima de incertidumbre extrema.

Seguimos en un entorno de incertidumbre extrema que hace muy difícil poder confiar en un escenario determinado para el mercado en los próximos meses. La economía ha entrado en una profunda recesión que nos va a acompañar durante los próximos 2-3 meses al menos, en espera de que la evolución de la pandemia permita retirar las medidas de confinamiento. No sabemos, sin embargo, en qué situación van a estar las empresas y las familias cuando llegue ese momento. Los pronósticos sobre la recuperación de la economía ahora mismo van desde una recuperación rápida hasta una recesión prolongada y una lenta recuperación. Eso hace que los mercados, aunque se han estabilizado, difícilmente vayan a recuperarse con rapidez.

Desde un punto de vista técnico también es muy difícil delimitar un escenario tras el desplome de las semanas pasadas. En general creemos que se ha producido un suelo de corto plazo al menos que debería traducirse en un proceso de rebote/consolidación de varias semanas/meses de duración. La gran incertidumbre es si esto es una pausa dentro de un mercado bajista más prolongado o si forma parte de un proceso de formación de un suelo de forma que lo peor habría pasado ya. Es imposible saberlo, pero cuanto más tiempo se estabilice el mercado sin hacer nuevos mínimos más probable será el escenario optimista.

Dentro del movimiento lateral que parece estar iniciándose en el mercado, es evidente el sesgo sectorial más bien defensivo. Los sectores cíclicos más expuestos al parón de la economía (Bancos, viajes, autos, energía, industria …) están teniendo un rebote más débil y no se puede descartar que todavía no se hayan visto los mínimos. Otros sectores más resistentes a la crisis, por el contrario, es menos probable que vayan a caer por debajo de los mínimos recientes, aunque se mantengan todavía bastante tiempo en un proceso lateral.

Hay que tener paciencia en las próximas semanas y esperar a que el mercado nos dé más señales sobre su evolución futura: posibles divergencias entre sectores e índices, resistencia a hacer nuevos mínimos, rebotes en materias primas y otros sectores sensibles a la economía, etc. De momento van a pasar todavía algunas semanas con un escenario económico dramático y una evolución muy lenta de la pandemia en que no va a ser posible extraer conclusiones positivas. Pero es posible que en medio de ese agujero negro el mercado pueda empezar a dar alguna señal positiva que podamos analizar. Hasta entonces, paciencia y auto-protección.

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Volver a empezar.

Demasiado bonito para ser verdad. El escenario alcista en que estábamos instalados, con los principales índices europeos y americanos marcando máximos históricos, ha sido anulado bruscamente por un repentino desplome. Quizás lo más peculiar de esta caída ha sido, no tanto su intensidad, sino el hecho de que se haya iniciado de forma repentina desde niveles máximos. Normalmente los procesos de pánico como el actual tienen unos prolegómenos, unas caídas iniciales que van acelerándose gradualmente y se precipitan al perderse un nivel de soporte crítico que abre los ojos a la mayoría de que se abre un riesgo bajista. En este caso no ha habido prolegómenos en forma de caídas previas. Más bien al contrario, una sucesión de nuevos máximos con superación de resistencias incluidas dejó paso de la noche a la mañana a un desplome cercano al 15% en una semana.

El detonante de las caídas parece encontrarse en la confirmación el fin de semana del 25-26 de febrero de que el contagio del Coronavirus había cogido fuerza fuera de China. En concreto tres países -Corea del Sur, Italia e Irán- registraron brotes importantes con un aumento exponencial de los contagios que se han mantenido hasta hoy. A partir de entonces se están registrando casos en la mayoría de los países del mundo, aunque de momento de forma limitada. En Europa es donde está empezando a registrarse un aumento preocupante en algunos países (entre ellos España) en que, sin llegar todavía a las cifras de Italia, existe el riesgo de que acabe produciéndose una situación similar. El escenario de recuperación económica que estaban descontando los mercados, y que los datos habían empezado a confirmar, se ha visto quebrado de un plumazo y ahora se espera que las medidas de control de la epidemia provoquen una recesión global durante un trimestre al menos.

La cuestión es que vendrá después: ¿una rápida vuelta a la normalidad y al escenario de crecimiento que asumíamos hasta hace poco, o bien un escenario de crecimiento débil semi-deflacionista? Desde luego en el primer caso la recuperación de la Bolsa debería ser rápida pero ahora mismo hay demasiada incertidumbre para apostar por ese escenario. La nueva recaída de los sectores cíclicos y los nuevos mínimos históricos de rentabilidad en los bonos americanos apuntan de momento a un claro temor a un escenario de debilidad económica más allá de una crisis puntual por el coronavirus. Es probable que esto sea un exceso de pesimismo de los mercados, pero a corto plazo va a tardar en desaparecer.

Desde un punto de vista técnico, la corrección ha consistido hasta el momento en retroceder en su totalidad el último tramo alcista que tuvo su origen en el verano pasado. Esa subida estuvo alimentada por las expectativas de recuperación de la economía tras casi dos años de desaceleración por la guerra comercial. Estamos por tanto cerca de una primera zona de soporte importante en la que podrían estabilizarse los índices en las próximas semanas para más adelante intentar una vuelta a un escenario alcista. Esto implicaría un escenario de alta volatilidad, pero más bien lateral (caída adicional no mayor del 5%) durante unos pocos meses antes de una recuperación sostenida. Sería volver a empezar desde la situación del verano pasado en que los mercados empezaron a confiar en el fin de la desaceleración económica y en un escenario de crecimiento de los beneficios.

Un escenario alternativo sería que la caída se profundizara hasta los mínimos de diciembre 2019 o junio 2016 según los índices (esto implicaría una caída adicional todavía importante). Este escenario sería bastante doloroso y además pondría sobre la mesa la posibilidad de un escenario tipo fin de ciclo con una posible recesión más duradera. No es el escenario que vemos más probable, pero a veces antes de que acabe una corrección todo tiene que verse muy muy negro para que se produzca un suelo.

En China la situación parece controlada después de las medidas drásticas de control que se tomaron. En Europa en cambio estamos iniciando una fase de expansión que aparentemente está detrás de la caída de los mercados.

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Se mantiene el avance, aunque con signos de rotación defensiva de los inversores.

La corrección del “coronavirus” resultó muy breve y ha dejado paso a un nuevo tramo alcista que ha llevado a la mayoría de los índices por encima de los máximos precedentes. Sigue por tanto desarrollándose la tendencia alcista sin que de momento apreciemos riesgos de un techo importante. Obviamente de vez en cuando se produce una corrección y las seguirá habiendo en el camino, pero es complicado anticiparlas. En una tendencia alcista firme como la actual lo más que podemos hacer es intentar determinar los niveles de soporte claves que deberían respetarse en las correcciones. Actualmente estos niveles serían el 9.700 en el Ibex, el 3.700 en el Eurostoxx 50 o el 3.218 en el S&P 500. Es evidente, particularmente en los índices norteamericanos, que la intensidad de la subida de los últimos meses no es sostenible por mucho tiempo por lo que en algún momento se producirá una corrección o pausa en la subida. No esperamos en todo caso una corrección profunda en la situación actual y seguimos esperando que el ciclo alcista se prolongue en próximos meses.

La situación del medio-largo plazo sigue enmarcada en la superación a lo largo de los últimos meses de niveles de resistencia importantes, en particular los máximos de 2018 que dieron lugar a la última corrección importante. Primero los índices norteamericanos, y después la mayoría de los índices europeos, han ido superando esos niveles confirmando que estamos desarrollando un nuevo tramo alcista intermedio que debería prolongarse 1-2 años más. Al menos este es el escenario que manejaremos mientras el comportamiento del mercado no sugiera algo diferente.

Un aspecto llamativo del comportamiento del mercado en las últimas semanas está siendo la aparente rotación hacia sectores defensivos después del rebote cíclico que se produjo en los últimos meses de 2019. La aparición del Coronavirus parece haber reforzado esta rotación y ha sido llamativo en los últimos días el fuerte tirón de sectores como el de las Utilities liderando la subida en los últimos días. En principio no parece una buena señal ver a sectores defensivos liderando al mercado, pero no creemos que puedan sacarse de momento grandes conclusiones más allá del corto plazo.

En conjunto la caída de la rentabilidad de los bonos, subida del dólar, rotación sectorial defensiva … pueden relacionarse con un movimiento defensivo de los inversores ante el posible impacto que tenga el coronavirus en determinados sectores cíclicos europeos. Bancos y Autos en particular tienen un peso importante en los índices europeos y están expuestos a la posibilidad de que el parón en China retrase la recuperación de la economía que están anticipando los mercados en los últimos meses. Esto podría favorecer una fase de corrección o consolidación en el mercado, pero no vemos ahora riesgo de un deterioro intenso y prolongado. Lo importante es que de momento los retrocesos están respetando las zonas de soporte importantes, tanto en los sectores débiles que se mueven más bien en rangos laterales, como en los fuertes que mantienen claras tendencias alcistas.

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