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Comentario de mercado

El mercado apuesta por la recuperación en V. El Nasdaq ha superado los niveles máximos previos a la crisis del Coronavirus. Una recuperación en V en toda regla que otros índices van camino de conseguir también. En general los inversores han buscado la “calidad” durante el proceso de recuperación, tanto a nivel de país como de sectores o empresas, lo que se ha traducido en un rebote algo desigual. En las dos últimas semanas, sin embargo, el rebote se ha extendido a los países y sectores que estaban más retrasados en la recuperación, entre ellos el mercado español. La recuperación de los sectores más cíclicos es un indicio más de la creciente confianza del mercado en la recuperación de la economía en los próximos meses. El problema es que el mercado está completando su recuperación cuando la economía y los beneficios de las empresas ni siquiera han empezado la suya, lo que nos deja un escenario complicado de manejar en los próximos meses.

El decidido apoyo fiscal de Alemania cambia la percepción sobre los mercados europeos. Los mercados europeos han sufrido un cambio importante en los últimos días en los que estamos asistiendo a subidas generalizadas muy importantes en las bolsas y el euro, así como a un repunte de la rentabilidad de los bonos en Alemania. Además de las cuestiones generales derivadas de la mejoría de la pandemia, el mercado ha reaccionado muy positivamente al anuncio de las diferentes medidas de apoyo fiscal a la economía, tanto a nivel europeo como en los diferentes países, y muy especialmente en Alemania. En contraste con la Gran Recesión, cuando Alemania entendió que cada país tenía que ajustar los graves desequilibrios que les habían llevado a la crisis, en esta ocasión asume que el problema es de una naturaleza diferente lo que justifica un mayor ejercicio de solidaridad entre países así como un gran esfuerzo fiscal interno que indirectamente también ayudará al resto. A las medidas anunciadas con anterioridad, esta semana Alemania ha añadido un nuevo paquete fiscal de 130.000 millones, lo que deja bien claro que de momento el objetivo es reactivar la economía a toda costa, aunque ello suponga un gran aumento del endeudamiento.

Vuelta a los máximos: ¿y ahora qué? El Nasdaq ha sido el primer gran índice bursátil que ha superado sus máximos previos a la crisis, pero otros índices van camino de conseguirlo también próximamente. En todo caso, la recuperación ha sido lo suficientemente intensa como para asumir que los mercados dan por superada una de las mayores recesiones de la historia, por su intensidad que no por su duración. Desde el principio esta recesión ha sido diferente a las demás, y la rápida recuperación de la Bolsa en el fondo se explica también por esa diferencia. El cierre de la economía fue forzado por los gobiernos y no consecuencia de un ajuste de los desequilibrios de la economía o los mercados financieros. La progresiva reapertura que está ya en marcha en todos los países, por tanto, devolvería la economía a la situación anterior a la pandemia. Tan sólo algunos sectores tardarían algo más en volver a la normalidad porque ciertas restricciones a la cercanía entre las personas se mantendrán durante más tiempo. En todo caso esto no impediría la total recuperación de las economías más fuertes que son las que marcan el paso de los mercados globales. Vista a través del Nasdaq, la reciente corrección ha sido una más de las que han jalonado el ciclo alcista desde el año 2009. Un susto que no ha pasado a mayores y que mantiene al índice tecnológico en un canal alcista que implica una rentabilidad media anual cercana al 15%. Lo que cabría esperar a futuro es más de los mismo, con la dificultad de que al estar cerca del techo del canal el movimiento en los próximos meses podría suavizarse significativamente.

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Comentario de mercado

Europa se abre a la mutualización de deuda. La noticia más relevante de la semana ha sido la propuesta conjunta de Francia y Alemania de lanzar un Fondo de Reestructuración de 500.000 millones para ayudar a superar los efectos de la pandemia. Lo relevante de la propuesta es que el Fondo se financiaría con deuda emitida por la Comisión Europea con cargo a su Presupuesto. Después, se encargaría de repartirlo entre los diferentes países en función de las necesidades de cada uno. Las ayudas que reciba cada país no serían reembolsables y la deuda se cancelaría por la propia Comisión con las aportaciones de los países al presupuesto. España aporta el 8% del Presupuesto por lo que de forma indirecta se haría cargo de 40.000 millones de la deuda, pero recibiría una cantidad superior en forma de ayudas a la reconstrucción. En definitiva, un mecanismo que implica transferencias fiscales entre países y que no se considerará deuda de los países aunque indirectamente tendrán que responder de ella.

Calma en los mercados. Los índices bursátiles europeos se mantienen más o menos estables desde hace un mes moviéndose en rangos laterales. Dentro de los índices hay apreciables diferencias entre sectores y valores en función de las expectativas del mercado sobre la recuperación y el crecimiento futuro de cada uno. En general este proceso interno de rotaciones en el mercado es una señal positiva de resistencia a nuevas caídas, y apuntaría a que el proceso de recuperación desde los mínimos de marzo sigue vigente. Incluso los sectores más afectados por la pandemia, que han mantenido una acusada debilidad más allá del mes de marzo -los bancos y los relacionados con los viajes en general- parecen mostrar en los últimos días una mayor resistencia a seguir cayendo, como si ya hubieron descontado el escenario muy negativo que sin duda van a afrontar en los próximos meses e incluso años. Los signos de que la pandemia está quedando atrás son evidentes y los procesos de desescalada están en marcha en la mayoría de los países. Con la incertidumbre de un posible nuevo brote en el otoño como principal amenaza, lo cierto es que el mercado sigue apoyado por el convencimiento general de que en los próximos meses la economía va a entrar en una fase de crecimiento sostenido.

Covid-19: un patrón similar en todos los países. Con diferentes grados de intensidad, pero lo cierto es que el desarrollo de la pandemia ha seguido un patrón similar en la mayoría de los países. Una vez que se alcanza determinado nivel de contagios, los casos crecen exponencialmente y a las 3-5 semanas se alcanza el pico de contagios diarios. Entre los 10 países con mayor número de contagios las excepciones están siendo Brasil y Rusia, donde el crecimiento hacia el pico está siendo algo más lento y prolongado. El descenso hasta la desaparición de la enfermedad es más lento en general, y se prolonga durante bastante tiempo. Parece haber cierta simetría en las fases de aumento/disminución de casos, en el sentido de que los países que han tenido un pico más alto tienen después una disminución de los casos más intensa, pero la duración total es similar en la mayoría de los países. En definitiva, la pandemia tiene un patrón de desarrollo propio que las medidas de las autoridades pueden modular sólo hasta cierto punto. Cara al futuro la gran incertidumbre es si habrá una segunda oleada en el otoño y de qué intensidad podría ser. Los análisis de seroprevalencia que se han hecho en varios países coinciden en reflejar que el número de personas que se han contagiado, y en consecuencia se han inmunizado es relativamente bajo, apenas un 5% en el caso de España. Esto lleva a pensar a la mayoría de los expertos que la probabilidad de un rebrote en otoño es alta, aunque posiblemente con menos virulencia. Si es así es probable que no sean necesarias nuevas medidas extremas de confinamiento y que podría controlarse simplemente limitando determinadas actividades de mayor riesgo. Hay quién sostiene que la tasa de contagiados ha sido bastante mayor pero que los test de seroprevalencia que se hacen no sirven para detectarlos porque captan sólo un determinado tipo de anticuerpos y según ellos hay otras formas diferentes de inmunidad que pueden desarrollarse. Para estos expertos la tasa de inmunizados sería de al menos el 50% lo que haría la probabilidad de un rebrote importante muy baja.

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Política de mejor ejecución

Se pone a disposición de los clientes los informes relativos a la calidad del servicio prestado en relación con la ejecución de las órdenes de los clientes así como los cinco principales centros de ejecución utilizados durante el año 2019. Puede consultarlo aquí.

Supervivencia.

En la situación de desplome total en que se encuentra el mercado, y con el abismo a la vista de una recesión de grandes proporciones, ni el análisis técnico ni los fundamentales de las empresas son de gran ayuda para tratar de definir un escenario probable para los próximos meses. Lo que tenemos por delante es una paralización de la actividad económica global que va a situar a las compañías en una situación de stress financiero límite. Si la situación se prolonga durante 2-3 meses como máximo, es probable que las ayudas de gobiernos y bancos centrales puedan ser suficientes para evitar el colapso y permitir una recuperación gradual de la economía en la segunda parte del año. Pero ahora mismo la incertidumbre sobre la duración es grande y no se puede descartar que sea necesario un período de confinamiento más prolongado.

El problema que se plantea para muchas compañías es de supervivencia. Hay que tener en cuenta que las ayudas que va a aportar el estado son préstamos, que habrá que devolver cuando vuelva la actividad. Los ingresos que dejen de percibir las compañías en estos meses van a ir, en la medida en que no puedan compensarse con recortes de gastos, a pérdidas. El agujero que se va a crear puede financiarse con deuda siempre y cuando no sea demasiado grande de forma que la devolución de la deuda se imposible. Las valoraciones de los bancos, que cotizan a 0,30x-0,15 veces su valor contable reflejan el riesgo que supone para ellos un escenario de recesión e impagos generalizados. Tal vez ese escenario no se concrete, pero el riesgo de quiebra o necesidad de recapitalización es ahora lo suficientemente alto como para que los inversores no estén dispuestos a asumirlos si no es con unos precios muy deprimidos. Estos precios tan bajos implican una volatilidad enorme pues pequeñas variaciones sobre el valor contable implican grandes fluctuaciones del precio (valor de mercado de la compañía). En esta situación están muchas compañías cíclicas que son muy sensibles a la coyuntura de la economía ya que entran fácilmente en pérdidas en una situación de fuerte caída de los ingresos.

En los últimos días el mercado parece haberse estabilizado un poco rebotando modestamente. Tras los desplomes generalizados anteriores, el mercado está empezando a discriminar entre sectores y valores de alto riesgo y otros que por la naturaleza de su negocio pueden mantener mejor sus ingresos en este escenario. De momento sigue siendo un movimiento defensivo pero al menos ha ayudado a estabilizar algo el mercado.

En principio vemos poco probable que se produzca una recuperación rápida más o menos pronto. De momento nos conformaríamos con que el mercado se estabilizara en estos niveles y desarrollaran un proceso de consolidación durante un tiempo. Es imposible ahora saber si esto podría ser ya parte de un proceso de hacer suelo aunque la situación de los índices en general todavía parece sugerir que más descensos son posibles antes de un suelo.

Lo importante ahora, tanto para las empresas como para los inversores, es ser capaces de sobrevivir al difícil período en que estamos inmersos. Por eso, las decisiones que puedan tomarse ahora sobre las inversiones, dependen más de la situación y circunstancias personales de cada uno que de posibles expectativas del mercado que ahora mismo son imprevisibles.

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Coronavirus COVID-19 y su impacto en los mercados financieros

Este sábado 29/02/2020 en el programa de RTVE, “Informe Semanal”, a las 21:30 h. podrá ver la entrevista realizada por Irene Vaquerizo a José Ignacio Gutierrez Laso, con relación al coronavirus COVID-19 y su impacto en los mercados financieros.

https://www.rtve.es/rtve/20200228/informe-semanal-analiza-desde-distintas-perspectivas-virus-del-miedo/2004892.shtml

@InformeSemanal

Adiós al coronavirus, se reanuda el mercado alcista.

El mercado sigue mostrando un comportamiento típico de los ciclos alcistas. La reciente corrección ha provocado mucho “miedo”, pero ha sido muy breve y justo cuando se ha generalizado la preocupación con una caída de cierta importancia la semana pasada, el mercado ha hecho suelo y se ha recuperado de forma fulgurante.

Tenemos por tanto de nuevo a los índices norteamericanos en nuevos máximos históricos con una subida imparable desde el mes de octubre. La pendiente de la subida desde luego no parece sostenible por mucho tiempo, y en algún momento vendrá una corrección algo más importante que suavice el ritmo de subida y lo haga más sostenible. Desde luego será imposible acertar a anticipar esa corrección, pero como referencia, una posible zona de resistencia estaría sobre el 3.500 del S&P 500 y el 10.000 del Nasdaq Composite, cerca de un 5% por encima de los precios actuales. En esos niveles se encontrarían con el techo de un posible canal alcista de largo plazo.

En los índices europeos la subida no está siendo de la misma intensidad, pero también mantiene una clara estructura alcista. La reciente corrección ha respetado los niveles de soporte de corto plazo y la recuperación a los máximos previos ha sido rápida. Como venimos señalando desde hace meses, lo más importante en los índices europeos es que están rompiendo al alza fases correctivas que se han desarrollado durante mucho tiempo, lo que en principio implica que están entrando en una fase alcista importante que podría mantenerse durante meses, incluso unos pocos años. Estamos hablando del proceso de corrección de 2018-19, que a su vez se enmarca en otro mayor de 2015-19 y en muchos casos de la gran estructura lateral bajista que tiene atrapados a los índices europeos desde el año 2.000. La diferente composición de los índices hace que haya pequeñas diferencias entre ellos de forma que algunos índices europeos (Stoxx 600 MSCI Europe ex UK ….) ya han logrado nuevos máximos históricos, mientras que otros (MSCI Europe, Eurostoxx …) están a punto de hacerlo. En conjunto, la situación apunta a una ruptura alcista generalizada.

¿Qué hay detrás de estas subidas de la Bolsa? El fuerte tirón de los índices norteamericanos en los últimos meses ha puesto en marcha un nuevo ciclo alcista en territorio de máximos históricos, mientras los índices europeos están dando muestras de querer acompañar el movimiento. Todo esto mientras los indicadores económicos se mantienen débiles y los beneficios de las empresas no acaban de despegar. No hay más explicación que la confianza de los inversores en que la economía va a ir bien en los próximos años. Obviamente no podemos estar seguros de que eso vaya a ser así, pero para invertir en bolsa no queda más remedio que tener confianza en el futuro. Si esperamos a que todo vaya muy bien y no haya incertidumbres probablemente estaremos cerca de un techo. Antecedentes de situaciones como la actual, con una bolsa subiendo con fuerza anticipando algo que todavía no se ve en los números, no faltan desde luego. Una de ellas fue el período 1994/95, con bastantes semejanzas con el actual. Entonces, en medio de un gran escepticismo empezó a desarrollarse un ciclo alcista que resultó será uno de los mayores de la historia entre 1995 y 2000. Aquel ciclo estuvo artificialmente inflado por la burbuja tecnológica, y desde luego no es razonable esperar ahora algo similar. Pero sí parece razonable, dada la duración de los ciclos de aceleración/desaceleración de la economía, asumir que tenemos un período de 1 a 3 años de bonanza en los mercados por delante.

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Comentario de mercado

La subida de las Bolsas en los últimos meses desafía un entorno de gran incertidumbre. Los índices bursátiles de todo el mundo acumulan subidas del orden del 20% en promedio en lo que va de año, aparentemente inmunes a un trasfondo de incertidumbre económica e inestabilidad social. Los indicadores económicos no acaban de mejorar y el mundo parece haber entrado en erupción en los últimos meses con violentas revueltas en numerosos países que llevan a los gobiernos a ceder a políticas populistas. El propio Gobierno español se apresta a negociar las condiciones para llegar al poder con partidos claramente hostiles a la Constitución española, mientras en el Reino Unido compiten por el poder un populista partidario del Brexit (Johnson) con un político de izquierda radical con tintes anticapitalistas como Jeremy Corbin.

La Bolsa española, particularmente expuesta a las turbulencias políticas. El Ibex ha sido de los índices con un peor comportamiento relativo este año con una subida del 8%, lejos del 21% del Dax alemán o del 23% del Euro Stoxx 50. Diversos factores explican esa diferencia. Por un lado, la composición de los índices con el Ibex penalizado por el fuerte peso de los bancos y la escasa representación de valores cíclicos y de crecimiento. Quizás más preocupante es que en los últimos meses se ha percibido un impacto negativo de nuestra exposición a Latinoamérica, dónde la inestabilidad política amenaza con provocar una vuelta de los populismos que afectaría muy negativamente a sus mercados. Más recientemente, la posible formación de un Gobierno débil apoyado en fuerzas populistas está teniendo también un impacto visible en nuestros mercados, aunque sea moderado.

La Bolsa americana imparable en máximos históricos. EEUU sigue siendo una relativa excepción. Aunque la polarización política es también notable en el país, al menos la economía se mantiene fuerte y los mercados no dan síntomas de flaqueza. Esto es importante porque el final la Bolsa y la economía norteamericanos son el indicador clave que marca el rumbo a los demás. Mientras se mantenga la tendencia alcista el resto le seguirán, aunque sea a trompicones como en los últimos años.

S&P 500 vs Stoxx 60: dos mercados alcistas con diferentes pendientes.

Desde 2009 la Bolsa norteamericana se encuentra en un mercado alcista indudable. En este período ha tendo tres correcciones importantes, en 2011, 2015 y 2018. La corrección más intensa que ha tenido el S&P 500 en este período ha sido la caída del 20% del último trimestre de 2018, siendo las otras dos del orden del 15%. La duración de las mismas, desde el máximo en que se inicia la corrección hasta que vuelve a ser superado ha sido de alrededor de un año en los tres casos. La pendiente de fondo del movimiento, marcada por el canal rojo en el gráfico anterior, es del 11,11% anual.

La Bolsa europea, pese a todo, también puede considerarse que está en tendencia alcista desde el año 2009, al menos un índice global como el Stoxx 600 que recogre a las 600 mayores compañías europeas. En este caso la pendienta de fondo es bastante más suave, del 5,99% anual. Las correcciones han sido más intensas y prolongadas, y el tramo alcista de 2016-18 bastante más débil hasta el punto que todavía no ha superado los máximos de 2015. Es decir, ha habido diferencias de intensidad en los diferentes tramos al alza y a la baja entre ambos índices pero dentro de una sincronía de movimientos que responde a su vez al diferente ritmo de crecimiento de la economía y los benefricios a ambos lados del atlántico.

Nuevos máximos de los índices ponen fin a la corrección de 2018. Las tres correcciones importantes mencionadas han ido unidas a procesos de turbulencias en la economía que ponían en duda la continuidad de la fase expansiva. El temor a una posible recesión hace que los invesores se pongan más defensivos y el mercado entra en corrección. A principios de 2018 entramos en una de esta fases con los primeros indicios de desacleración en China y Europa. La economía norteamericana mantenía su ritmo de crecimiento, pero las continuas subidas de tipos de la Fed y el deterioro de la economía global por la guerra comercial llevaron finalmente a los mercados a temer por el riesgo de una recesión en EEUU provocando la fuerte caída del último trimestre de 2018 en todas las bolsas mundiales. La desaceleración de la economía se ha mantenido a lo largo de 2019, afectando incluso a EEUU de forma moderada. De hecho a día de hoy los indicadores económicos todavía no señalan con claridad una recuperación y el temor a una rcesión en 2020 no ha desaparecido del todo. Pese a ello, el rebote que se inició a principios de año ha ido consolidándose frente a todas las incertidumbres hasta acabar superando con claridad los máximos de 2018 previos a la fase de corrección, de
forma indiscutible en EEUU con nuevos máximos históricos incluidos, y algo más tímidamente en Europa. La señal de los mercados parece clara: la economía global no va hacia una recesión y las tasas de crecimiento podrían recuperarse de los bajos niveles de 2019.

Indicadores industriales en mínimos, Bolsa en máximos. La fuerte corrección en 2018 anticipó la debilidad que hemos visto a lo largo de 2019 en la economía, en particular en la parte industrial. El ISM manufacturero de EEUU ha seguido cayendo a lo largo del año mientras la Bolsa subía. Una situación similar se dio en 2011 cuando el suelo de la Bolsa anticipó -correctamente- en un año el suelo del ISM. Más o menos coincidió el inicio de la recuperación del ISM con la consecución de nuevos máximos en la Bolsa. El último dato del ISM es del mes de octubre en que subió ligeramente por primera vez en muchos meses. Un primer indicio, junto a los nuevos máximos de la bolsa, de que podríamos estar dejando atrás la fase de desaceleración económica.

Black Friday: ¿aguanta el consumo? Una dificultad a la hora de analizar el escenario económico es la aparente diferente posición cíclica en que se encuantran partes de la economía como el consumo y la industria. Así como la industria ha atravesado una importante desaceleración y parece en condiciones de iniciar un nuevo ciclo de aceleración, el consumo ha aguantado bastane bien y plantea el riesgo de que necesite una pausa cíclica en un futuro más o menos próximo. La aceleración de las ventas minoristas durante 2019, por ejemplo, ha sufrido un cierto parón recientemente justo cuando entramos en la parte clave del conumo en el año: el “black Friday” hoy y la campaña navideña inmediatemente después. Los datos que conozcamos sobre las ventas de hoy pueden darnos una pìsta importante sobre si los consumidores comparten el optimismo de los inversores sobre la evolución de la economía o, por el contrario, empiezan a mostrar signos de agotamiento y de temor a un deterioro de la economía el año que viene.

Confianza en máximos, paro en mínimos…¿signos de fin de ciclo? Si nos fijamos en otro tipo de indicadores como la confianza del consumidor o el empleo encontramos un panorama muy diferente al de los indicadores industriales. Aquí lo que vemos son muestras de una economía en crecimiento que no da síntomas de flaqueza. El problema aquí es que los niveles que muestran estos indicadores son más bien propios de un fin de ciclo. Una tasa de paro en mínimos históricos o un nivel de confianza del consumidor en máximos son lecturas que se producen en la fase de madurez de un ciclo. Esto no quiere decir que estamos necesariamente en un fin de ciclo, simplemente es una señal a vigilar. Con unos niveles de deuda en las empresas norteamericanas relativamente altos.

La confianza del consumidor en niveles propios de un ciclo maduro, pero no es un indicador para anticipar con precisión una recesión. Una referencia podría ser 1998, tres años antes de la recesión de 2001 y dos años antes del techo bursátil de 2000.

La tasa de paro está en un mínimo histórico. La experiencia histórica muestra que no se mantiene mucho tiempo en un mínimo cíclico, unos meses todo lo más. Esto indicaría que algún tipo de recesión en los próximos 1 a 3 años no sería extraña.

La Bolsa española, ¿por qué está tan barata? Desde 2006 el PER relativo del Ibex respecto al del Euro Stoxx 50 ha fluctuado en un rango de +-15%. En general el ibex tiende a encarecerse frente al Euro Stoxx en las fases alcistas y a abaratarse en las fases bajistas. En este sentido su comportamiento desde 2015 puede considerarse relativamente normal, al menos hasta los mínimos de diciembre. Más raro es que en estos meses en que las Bolsas han entrado en una fase alcista el Ibex se haya seguido abaratando en términos relativos hasta alcanzar los niveles de infravaloración relativa que se registraron en los mínimos de la Gran recesión de 2009 o de la crisis del euro de 2012 cuando el mercado temía por la desintegración del euro. ¿Qué nos está diciendo esto?

Hay muchos efectos cruzados que explican esta situación lo que hace difícil establecer con exactitud las causas. Por un lado tenemos la composición de los índices con el elevado peso en el Ibex del sector bancario y su gran volatilidad. En buena medida las fluctuaciones del sector y de su valoración explica los picos de infrvaloración y sobrevaloración del ibex en los últimos años. Más recientemente se habría mezclado la cuestión de la inestabilidad política en Latinoamérica y en nuestro propio país. El mal comportamiento de los grandes valores españoles, particularmente los bancos, explican que el ibex se haya descolgado de la subida en Europa en las últimas semanas. Finalmente las dudas sobre un eventual gobierno con Podemos y Nacionalistas también es visible en el aumento de la prima de riesgo. Estos factores, sin embargo, pueden ser coyunturales y no tienen por qué imposibilitar que el ibex vuelva a coger el ritmo del resto de mercados más adelante.

De este 15% de diferencial cerca de un 9% se explicaría por la peor evolución de los beneficios del Ibex, y el resto sería menos valoración relativa en la actualidad que el 01/06/2012. Como se aprecia en el gráfico siguiente la evolución del BPA forward del ibex en los últimos meses ha sido peor que la del Euro stoxx, lo que explicaría en parte su mal comportamiento relativo este año. Otro factor clave es la exposición del ibex al sector bancario. En las dos fases alcistas anteriores los bancos tuvieron un comportamiento muy alcista mientras que en esta ocasión no tanto. Es significativo además que los bancos españoles lo están haciendo peor que el resto de bancos europeos, por lo que no es un problema general de los bancos sino en parte algo específico de lo españoles, y dentro de estos de los dos grandes. Las incertidumbres políticas nacionales y en Latinoamérica entran aquí como el factor fundamental que explica el mal comportamiento relativo del ibex en los meses recientes.

Desde el verano los bancos españoles están teniendo un peor comportamiento relativo que la banca europea lastrando el comportamiento del Ibex.

Análisis Técnico

Comentario de mercado

Las incertidumbres sobre el nuevo Gobierno frenan a la bolsa española. Desde finales de octubre la bolsa española se ha descolgado un tanto de la subida del resto de índices europeos, movimiento que se ha agudizado con el anuncio de un preacuerdo de gobierno entre PSOE y Podemos. La experiencia muestra que la política (en los países con unas políticas económicas razonables) no suele tener una influencia decisiva en la evolución delos mercados. En este caso, la eventual llegada al Gobierno de un partido del perfil de Podemos es lógico que plantee ciertas incertidumbres que pueden afectar al mercado durante algún tiempo, al menos los sectores que pueden verse más afectados por determinadas políticas. No sería extraño que hasta la definitiva formación del Gobierno la Bolsa española se mantenga más o menos parada. Después, habrá que ver el programa de gobierno.

Los mercados internacionales a la espera del acuerdo China-EEUU. Se mantiene el tono positivo en general en las Bolsas mundiales con el aliciente de un inminente acuerdo en la Fase-I de las negociaciones comerciales entre China y EEUU. Las expectativas sobre la economía han mejorado algo últimamente. Aunque los indicadores cíclicos todavía reflejan debilidad, al menos el temor a una recesión global ha desaparecido y ahora se asume que la economía seguirá creciendo en los próximos años, aunque sea a un ritmo modesto. Algunos datos recientes en Alemania y la eurozona reflejan este escenario decrecimiento débil pero no de crisis/recesión. El dato positivo de crecimiento del PIB alemán en el tercer trimestre, la mejoría de las exportaciones, la recuperación en las ventas de automóviles en la eurozona o el repunte de algunos índices de confianza apuntan a que lo peor de la desaceleración en la eurozona ha podido quedar atrás. La economía norteamericana por su parte mantiene su solidez con tasas de crecimiento del 2% pese a que su sector manufacturero se ha visto afectado también por la desaceleración global. En este escenario los mercados descuentan que los tipos de interés han podido dejar atrás un suelo cíclico lo que se está traduciendo en una clara rotación hacia activos de riesgo. Entre otros síntomas de este movimiento, los flujos globales hacia la Bolsa se han vuelto positivos por primera vez desde principios de 2018.

La incertidumbre del nuevo Gobierno. Desde el fin de la segunda guerra mundial la política en los países desarrollados se ha desarrollado en el marco de un consenso en el sistema de las democracias liberales. Este consenso entre centro-izquierda y centro-derecha implicaba, en lo que se refiere a la economía, asumir la economía libre de mercado y por otro un estado debien estar financiado por un sistema fiscal progresivo. Esto quiere decir que la alternancia de gobiernos de izquierda y derecha no cuestionaba ese consenso básico de funcionamiento del sistema. Cada partido gobernaba con ciertas prioridades que hacían bascular un poco el sistema hacia uno u otro lado pero sin salirse del mismo. Entre otras consecuencias esto ha significado que para los mercados no ha sido un factor decisivo qué partido estaba en el gobierno. El comportamiento de los mercados se ha explicado fundamentalmente por la evolución de los ciclos económicos que en general ha sido independiente de la alternancia política. Por supuesto en los países desarrollados de Europa, EEUU, Japón…otra cuestión es la política en países menos desarrollados. Como ejemplo, lo sucedido en España tras la llegada al Gobierno del PSOE por primera vez en 1982. En los meses previos a las elecciones, cuando ya era claro que iban a ganar, la bolsa mantuvo un tono muy bajista. Tras las elecciones en octubre el tono negativo se mantuvo hasta diciembre, pero a partir de entonces se inició uno de los ciclos alcistas más potentes de la bolsa española hasta 1987. Este ciclo alcista fue general en los mercados mundiales, pero lo relevante es que la acción de Gobierno del PSOE no lo impidió porque se mantuvo dentro de la ortodoxia político-económica de las democracias liberales.

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